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«En el aula me han marcado la cara, mordido y lanzado sillas»

«En el aula me han marcado la cara, mordido y lanzado sillas»



No quiere dar su nombre, ni el del colegio en el que trabaja , ni la comunidad autónoma en la que este se encuentra. Tiene miedo. Porque cuando cuenta su experiencia es como si reviviera lo ocurrido dentro del aula. O como si temiera represalias aún siendo la víctima. Este docente, con 20 años de experiencia, vivió agresiones físicas de todo tipo . Recuerda especialmente cuando recibió un mordisco en el brazo. «Me fui a Urgencias no tanto por la herida sino para que quedara constancia de lo ocurrido». El profesor tiene que defenderse en este caso no solo del alumno, sino también de los padres que «se creen todo lo que dicen los hijos», lamenta este docente. De hecho, relata que cuando el niño le mordió «le dije que me había hecho daño y el niño me contestó: «Eres tú el que me ha pegado»». El profesor pasó diez días con un moratón y el médico le dijo –según su relato– que le salvó el hecho de haber tenido puesto un jersey grueso porque de lo contrario fruto del mordisco habría perdido un trozo de piel. Noticias Relacionadas estandar No Lanzamientos de objetos, collejas, acoso y armas blancas: «A los docentes les da miedo entrar a clase» Josefina G. Stegmann estandar Si Sin móviles hasta los 16 años: la iniciativa catalana que se extiende como la pólvora por toda España Carlota Fominaya Este profesor sufrió más episodios de violencia : «Me lanzaron sillas y también objetos, una vez el impacto de uno de ellos me dejó una marca en la cara desde la altura del ojo hasta el cuello», relata el docente que evita dar detalles de cada episodio, al tiempo que la velocidad y el atropello para hablar parecieran delatar una posible ansiedad. En todos los casos, el docente cuenta que ha intentado intervenir para proteger a compañeros suyos o incluso a otros alumnos. «Me meto en la boca del lobo», asegura. Punta del iceberg Su caso es uno de tantos que sufren los maestros y profesores de todo el país. Pero no todos son denunciados. «Esto es la punta del iceberg», dijo ayer Teresa Hernández, coordinadora estatal del servicio del Defensor del Profesor creado por el sindicato ANPE . Lo hizo durante la presentación de los datos del curso 2022-2023 de este servicio que ya acumula 44.386 actuaciones desde su creación, en 2005. Sobre ese curso, en el que se han hecho 1.947 actuaciones, el sindicato señala que las faltas de respeto a los alumnos (22%), los problemas para dar clase (21%), las falsas acusaciones (20%) y las amenazas (14%) lideran la lista de los problemas relacionados con los alumnos. Aunque en un porcentaje más bajo (7%) también se encuentran las conductas agresivas a los alumnos. Entre ellas, hay un amplio abanico, que incluye «empujones, lanzamientos de objetos, collejas, etcétera», explicaron en la rueda de prensa de presentación del estudio. Hernández también advirtió de que los jóvenes «pueden ir a clase con armas blancas» aunque aclaró que no entra en la estadística porque aún no es una realidad que afecte a los profesores. Así, calificó el episodio de Jerez de la Frontera, en el que un alumno agredió con un cuchillo a docentes y compañeros como «hecho aislado». En cualquier caso, explicó que este tipo de conductas tienen que ver con lo que los alumnos pueden ver a través de las redes sociales. Pequeños tiranos Aparte de los conflictos con los alumnos, también los hay con los padres. En este sentido, las falsas acusaciones suponen el 25%, seguido de denuncias al centro o a la inspección (19%), faltas de respeto (18%), presión para el cambio de notas (8%), ciberacoso de padres a profesores (7%) y agresiones físicas (3%). De hecho, el docente que fue agredido físicamente relata que en alguna ocasión han tenido que pedir a la Policía que esté presente en alguna reunión. Para este profesor los niños no actúan intencionadamente, no quieren hacer daño. Lo que tienen, a su juicio, es una falta total de límites . «Y cuando quieres ponerlos no lo entienden». Esto responde, a su juicio, «a cierta permisividad, porque el cuidado a nivel familiar es distinto». Hay en algunas casas, lo que este profesor llama una « disciplina mal entendida: no hay que explicar constantemente por qué se ponen límites; los niños y jóvenes los necesitan, es un derecho y hay que ponerlos», opina este profesor quien pide evitar que los niños se conviertan en «pequeños tiranos que no toleran un «no»». Respecto a la permisividad coincide con Hernández, que señaló en la rueda de prensa de ayer que los conflictos con los alumnos tienen que ver con eso, así como con la sobreprotección, que se suma a la desmotivación hacia el aprendizaje. Por etapas Rocío Díaz Conde, responsable de CSIF Ayuda Profes, el servicio de apoyo psicológico a los docentes del sindicato señala que la indefensión que sufren los profesores, «con una Administración que se ocupa más de que no trasciendan las situaciones de acoso al docente que de ayudarle», podrían estar detrás del hecho de que este curso 2023-2024 haya un déficit de 43.700 docentes en la escuela pública. «Un centro educativo debería ser un lugar agradable en el que primen las buenas maneras, el respeto al que educa y el interés de los educandos. Desgraciadamente estos requisitos, aparentemente básicos, están en peligro de extinción en las aulas españolas», denuncia la profesional. En cuanto a las etapas donde más conflictos se padecen, Hernández señaló que el colectivo que más se ha puesto en contacto con el Defensor del Profesor han sido los docentes de Secundaria (47%) que sigue aumentando respecto a años anteriores rompiendo con la curva ascendente de niveles educativos inferiores, seguido por el de Primaria (35%). De Infantil se han puesto en contacto un 6%, de Formación Profesional, un 9%, y de otros colectivos (escuela de Idiomas, adultos, etcétera) un 4%. Aparte de los conflictos con alumnos y padres, otro de los problemas que sufren los docentes, según ANPE, tienen su raíz en el entorno laboral. En este sentido, el informe de este sindicato denuncia el aumento de la carga burocrática que tienen que ver con el cambio normativo provocado por la nueva ‘ ley Celaá ‘; la infradotación de plantilla que lleva a que haya profesorado que atiende a más de 250 alumnos; la falta de personal de administración y servicios y problemas con la digitalización (interfaces poco intuitivas o dificultades de conexión). Salud mental Respecto a la salud mental del profesorado, el sindicato dice que «los problemas con padres y alumnado no han aumentado, pero los niveles de ansiedad siguen estando en un porcentaje muy alto, el 77% de los casos atendidos presentan sintomatología asociada a la ansiedad y un 13% están sufriendo un proceso depresivo». Por otro lado, el porcentaje de profesores que han estado de baja es de 16%. Para intentar resolver todas estas dificultades no hay una única solución pero los sindicatos coinciden en la imperiosa necesidad de poner más recursos al servicio de los docentes y, sobre todo, respetarlos.



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Author : (abc)

Publish date : 2023-11-15 02:41:55

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