La investigación por el asalto de la Embajada de Corea del Norte en Madrid que tuvo lugar en febrero de 2018 sigue atando cabos. Las autoridades de Hungría han entregado a la Audiencia Nacional a un ciudadano surcoreano señalado como parte del grupo criminal que irrumpió por la fuerza en el edificio y secuestró y golpeó a parte del personal consular para después registrar las instalaciones en busca, se presume, de información confidencial del régimen de Kim Jong-Un. La decisión fue adoptada por un tribunal de Budapest el pasado 15 de noviembre, que atendía así a una de las órdenes internacionales de detención libradas desde el Juzgado Central de Instrucción 5 de la Audiencia Nacional para perseguir a los autores, una decena de individuos que se dieron a la fuga aquella noche utilizando tres vehículos oficiales de la propia legación norcoreana con rumbo a Portugal. Se trata de Chang Su Lee, uno de los presuntos integrantes del comando que asaltó la embajada. El sospechoso acaba de llegar a España extraditado y pasará este viernes a disposición de la Audiencia Nacional para ser interrogado. Durante el procedimiento en Hungría no puso objeción a ser entregado por la vía rápida, así que el tribunal resolvió que debía acometerse antes del 25 de noviembre. Ahora, espera detenido a pasar ante el juez Francisco de Jorge, que sustituye al titular de la causa, Santiago Pedraz, de baja. El asalto a la Embajada de Corea del Norte en Madrid tuvo lugar en la noche del 22 de febrero de 2018 y según puso por escrito el entonces juez instructor del asunto, José De La Mata, la perpetró un grupo criminal de diez personas relacionado con la disidencia respecto del régimen de Pionyang. La investigación puso nombre a varios de ellos, entre los que destacan el ciudadano estadounidense Sam Ryu; el mexicano residente en aquel país Adrián Hong Chang, al que se presume líder del grupo; el surcoreano Woo Ran Lee y otras dos personas nacionales de ese país, Siyoung Park y Chang Su Lee, pero ninguno fue detenido, aunque se pudo seguir su rastro después de que se dieran a la fuga camino de Portugal y con destino a Estados Unidos. Ordenadores y discos duros Allí, de hecho, el líder contactó con el FBI en Nueva York para informar sobre el asalto y dijo haberlo hecho por iniciativa propia tras conocer que algún miembro de la Embajada podría querer desertar. Señaló que lo que buscaba eran «armas y otras cosas». Lo que se declaró desde la delegación consular al juzgado es que se habían llevado un par de pendrives, dos ordenadores, dos discos duros (incluido el que almacena las imágenes de las cámaras de seguridad) y un teléfono móvil. En el asalto, durante el que retuvieron a seis personas de las que cuatro resultaron heridas y una séptima se lesionó al saltar por la ventana para dar la voz de alarma, Hong Chang hizo de punta de lanza. Aquella tarde, se presentó en la legación consular pidiendo entrevistarse con el responsable del área de Negocio, con el que ya había mantenido una reunión previa simulando ser un empresario. En un descuido del personal, dejó entrar a seis asaltantes que penetraron en el recinto «portando machetes, cuchillos, barras de hierro y armas cortas simuladas y comenzaron a golpear violentamente a sus ocupantes hasta que consiguieron reducirlos y colocarles grilletes y bridas para inmovilizarles», un material que previamente, habían comprado en una ferretería y una tienda especializada días antes, cuando prepararon el asalto en una habitación de hotel y un piso que habían alquilado cerca de la Embajada.
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Author : (abc)
Publish date : 2023-11-23 16:26:58
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