Olaf Scholz pasa estos días por el peor momento político de su carrera: el Tribunal Constitucional ha tumbado sus presupuestos generales de 2023 y el canciller alemán no es capaz de poner orden en su coalición de gobierno para acordar los de 2024; la economía alemana se asoma de nuevo a la recesión , sin haber avanzado en la crisis energética, digital y la climática y en el congreso que celebra este fin de semana el Partido Socialdemócrata (SPD) en Berlín le van a llover tortas. Pero el viernes encontró espacio en la agenda para la celebración de sus bodas de plata con Britta Ernst , una cena en un «círculo privado» para conmemorar el matrimonio del que saca fuerzas para todo lo demás. «El amor por mi esposa es lo más importante en mi vida», ha dicho en público, «creo que sería una persona diferente si no estuviera casado con Britta Ernst». Y cuando se le pregunta qué tipo de persona sería entonces, responde sonriendo: «Ni tú ni yo queremos saberlo». Noticias Relacionadas estandar No Desvelan la fecha y el motivo de la «inminente» separación de Sergio Ramos y Pilar Rubio María Albert estandar No Penélope Cruz, camino al Oscar por su brillante papel en ‘Ferrari’ María Estévez Al igual que Scholz, Britta Ernst, de 62 años, ha hecho carrera política en el SPD y hasta hace unos meses era la ministra regional de Educación en Brandeburgo. A mediados de abril dimitió por falta de apoyo a sus políticas dentro de sus propias filas, todo un mensaje interno de descontento destinado al canciller Scholz. Desde entonces, los dos han aparecido juntos en público con más frecuencia. Ernst, que solía mantenerse en un segundo plano invisible, ha acompañado a su marido en dos viajes al extranjero: en mayo asistió a la cumbre del G7 en Hiroshima, Japón, y al posterior viaje a Corea del Sur; en septiembre viajó a la Asamblea General de la ONU en Nueva York. Acudió para la ocasión a la boutique Hello, de la que es clienta desde los tiempos en que Scholz era alcalde de Hamburgo. Cuando descendió del avión gubernamental, amparada por un paraguas que caballerosamente extendió su marido, lucía un traje en lila de muy buen gusto y elegantemente combinado con zapatos de tacón y bolso blanco. Las diseñadoras trabajaron durante tres semanas en un total de ocho a diez atuendos para los diferentes puntos del programa de primeras damas del G7 y respetando estrictamente el protocolo: nunca sin mangas, sin colores brillantes y nunca por encima de la rodilla. En su día a día, sin embargo, ni es tan glamurosa ni lo pretende. Su imagen no dista mucho de la de cualquier mujer alemana discreta. Declaración de amor En un evento organizado por la revista femenina ‘Brigitte’ en julio de 2021, la moderadora Meike Dinklage preguntó a Scholz si seguirá trabajando su esposa si se llegaba a convertir en canciller alemán. El entonces ministro de Merkel se indignó por la pregunta. « Mi esposa es una política de éxito y ahora es ministra en un estado federado». Y en una entrevista con ‘Bunte’, en agosto de 2021, confesó que «Britta es el amor de mi vida, no ha cambiado durante tanto tiempo. Los cargos van y vienen, pero el amor permanece». Aparte de estas declaraciones públicas de amor, la pareja es celosa de su intimidad y apenas se conocen detalles de su vida en común. «¿Qué preguntas de los periodistas no te gustan?», inquirió a Britta un reportero «Creo que mi vida privada es mi vida privada», respondió con sencillez la economista y empresaria, que en este aspecto ha seguido fielmente los pasos del marido de Angela Merkel , Joachim Sauer , que apenas apareció durante cuatro legislaturas. El secreto de 25 años de matrimonio parece ser una vida que se suscribe exclusivamente a la política y al hogar tranquilo. La pareja vive en Potsdam, en un edificio de apartamentos, y no tiene hijos ni mascotas. En los ratos libres, Britta se interesa por la cultura y Olaf escucha jazz, especialmente a Miles Davis y Vladyslav Sendecki . Britta cocina pasta, risotto, cordero y filetes de ternera. Olaf prefiere la cocina alemana y prepara las albóndigas Königsberger según la receta de Tim Mälzer . A ella le gusta ver atletismo y boxeo en la televisión y reconoce que «no siempre estoy de acuerdo con mi marido». En casa «hablamos mucho de política, pero también de literatura, deporte y buena comida», ha desvelado el canciller. Historia Britta y Olaf se conocieron en sus tiempos de estudiantes, a mediados de los 80, probablemente en Hamburgo. Durante muchos años la relación transcurrió en secreto y mantenían la distancia en público. Ella combinó su carrera política con la actividad empresarial en el sector inmobiliario, Están casados desde 1998 y gracias a esa boda comenzó Scholz a trabajar en su estado físico, por expreso deseo de su mujer. Hoy sale a correr varios días a la semana.
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Author : (abc)
Publish date : 2023-12-10 00:30:31
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