En el año 2050, más de tres cuartas partes (155 de 204) de los países no tendrán tasas de fecundidad lo suficientemente altas como para seguir manteniendo el tamaño de su población. Dicho porcentaje subirá al 97 % en el año 2100. Lo advierte un estudio realizado por el Institute for Health Metrics and Evaluation (IHME), cuyos autores advierten de que los gobiernos deben planificar las amenazas que estos cambios supondrán para la economía, la seguridad alimentaria, la salud, el medio ambiente y la seguridad geopolítica. Publicado en la revista ‘ The Lancet ‘, el informe muestra que aunque para el año 2100 más del 97% de los países tendrán tasas de fertilidad inferiores a lo necesario para mantener el tamaño de la población a lo largo del tiempo. La paradoja es que las tasas de fertilidad comparativamente altas en numerosos países de bajos ingresos, predominantemente en el África subsahariana occidental y oriental, seguirán aumentando lo que provocará el aumento de la población en estos lugares a lo largo del siglo y conducirá a un «mundo demográficamente dividido» que tendrá enormes consecuencias para las economías y las sociedades. «Nos enfrentamos a cambios sociales asombrosos a lo largo del siglo XXI», asegura el autor principal, el profesor Stein Emil Vollset del IHME. «El mundo se enfrentará simultáneamente un ‘ baby boom ‘ en algunos países y un ‘ baby bust ‘ en otros. Mientras la mayor parte del mundo se enfrenta a los serios desafíos al crecimiento económico de una fuerza laboral cada vez menor y a cómo cuidar y pagar la atención de las personas mayores, por otro lado, debido al envejecimiento de la población, muchos de los países del África subsahariana con recursos más limitados tendrán que lidiar con la forma de apoyar a la población más joven y de más rápido crecimiento del planeta en algunos de los sistemas de salud más inestables política y económicamente y sometidos a estrés por el cambio climático». Noticia Relacionada estandar Si La infertilidad ya es un problema en España Elena Calvo Las sociedades científicas reclaman un plan nacional que incida en los problemas para concebir y que la sanidad pública ayude a detectarlos A pesar de que el estudio no entra a valorar las causas de este caída en la tasa de fertilidad en gran parte del mundo, se sugiere que el retraso en la edad materna por la incorporación a la mujer al mundo laboral y el cambio de mentalidad en las necesidades de las personas, conscientes de lo que suponen tener un hijo, pueden ser determinantes. El mundo se enfrentará simultáneamente un ‘baby boom’ en algunos países y un ‘baby bust’ en otros Paradójicamente, señala Vollset, «en muchos sentidos, la caída de las tasas de fertilidad es una historia de éxito, que refleja no sólo mejores anticonceptivos y fácilmente disponibles, sino también que muchas mujeres eligen retrasar o tener menos hijos, así como más oportunidades de educación y empleo», sostiene Vollset. Eso hace, asegura Juan Manuel Jiménez Tuñón, de la Clínica de Reproducción Asistida Ginemed Sevilla , que en España, por ejemplo «cada vez la población sea mayor y que la pirámide poblacional se esté invirtiendo de tal manera que cada vez es mayor la población mayor de 50 años con respecto a la población de mujeres de mujeres fértiles». Medicalizando un problema social La medida más importante para intentar revertir, o por lo menos evitar ese daño que supone el retraso de la maternidad, es sobre todo la información, aseguran Juan Manuel Jiménez Tuñón y Juan Carlos García Lozano. «A las parejas, para que sean conscientes del efecto que la edad tiene sobre lo que es la sobre lo que es la fertilidad». Pero, reconocen que «está claro que también es fundamental aquellas medidas que precisamente combatan esas razones económicas, de conciliación de la vida familiar, etc .». En este sentido, señalan, los tratamientos de preservación de la fertilidad permite que las mujeres mantengan su tasa de fertilidad en el momento en el que hicieron esa preservación. Aunque, reconocem, que «a lo mejor no es la mejor medida para mejorar la fertilidad y a lo mejor estamos medicalizando un problema que es más social y económico que realmente médico». Junto con eso, añade, «no solamente disminuye la fecundación, sino que además todo eso se acompaña también de un retraso de la maternidad de las mujeres. ¿Las razones? fundamentalmente razones económicas o laborales, de conciliación de la vida familiar y laboral». Lo cierto es que la tasa de fertilidad global se ha reducido a más de la mitad en los últimos 70 años, de alrededor de cinco hijos por cada mujer en 1950 a 2,2 hijos en 2021, con más de la mitad de todos los países (110 de 204) por debajo del nivel de reemplazo demográfico de 2,1 nacimientos por mujer en 2021. Esta tendencia es particularmente preocupante en lugares como Corea del Sur y Serbia, donde la tasa es inferior a 1,1 hijos por cada mujer. La caída de las tasas de fertilidad es una historia de éxito, que refleja no sólo mejores anticonceptivos y fácilmente disponibles Stein Emil Vollset IHME España no va a la zaga de Serbia y mantiene tendencia preocupante, ya que la tasa de fertilidad en España, de 1,2, está por debajo del reemplazo (2,1 hijos por mujer). Esto significa que al país le resulta difícil mantener una pirámide de población estable. «En España, como en el resto de la países desarrollados, se observa desde los últimos años una gran disminución de en la tasa de fecundidad. Esto conlleva que estemos en las tasas de fecundidad más bajas y que, incluso en los últimos 10 años haya disminuido hasta un 35% con respecto hace 10 años. De hecho, ahora mismo, la tasa de fecundidad estaría por debajo de lo que sería la renovación de la población», puntualiza Juan Carlos García Lozano, de Ginemed Sevilla . África en cabeza Sin embargo, en África subsahariana, las tasas de fertilidad siguen siendo altas: la de la región es casi el doble del promedio mundial, con cuatro hijos por mujer en 2021. En Chad, por ejemplo, es de siete nacimientos, la más alta del mundo Además, se prevé que la fertilidad mundial disminuirá aun más, alcanzando una tasa de alrededor de 1,8 en 2050 y de 1,6 en 2100, muy por debajo del nivel de reemplazo. Para 2100, sólo seis de 204 países y territorios (Samoa, Somalia, Tonga, Níger, Chad, y Tayikistán) tendrán tasas de fertilidad superiores a 2,1 nacimientos por mujer. En 13 países, entre ellos Bután, Bangladesh, Nepal y Arabia Saudita, se prevé incluso que las tasas caigan por debajo de un hijo por mujer. La mayor parte del mundo está en transición hacia una disminución natural de la población (cuando el número de muertes supera el número de nacidos vivos) Y las noticias son peores para Europa occidental: en 2020 será de 1,44 y caerá a 1,37 en 2100, y se espera que Israel, Islandia, Dinamarca, Francia y Alemania tengan las tasas de fertilidad más altas, entre 2,09 y 1,40 a finales de siglo. La mayor parte del mundo está en transición hacia una disminución natural de la población (cuando el número de muertes supera el número de nacidos vivos); Se prevé que sólo 26 países seguirán creciendo en población en 2100, a medida que los nacidos vivos sigan superando en número a las muertes, entre ellos Angola, Zambia y Uganda. «Las implicaciones son inmensas», sostiene la coautora principal e investigadora científica principal del IHME, Natalia V. Bhattacharjee . « Estas tendencias futuras en las tasas de fertilidad y nacimientos vivos reconfigurarán completamente la economía global y el equilibrio de poder internacional y requerirán «el reconocimiento global de los desafíos que plantean la migración y las redes globales de ayuda serán aún más críticos cuando exista una feroz competencia para que los migrantes sostengan el crecimiento económico y mientras el ‘baby boom’ en el África subsahariana continúe a buen ritmo».
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Author : (abc)
Publish date : 2024-03-20 23:30:00
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