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Complejo de salvador: cuando intentas ayudar a los demás aunque no quieran ser ayudados

Complejo de salvador: cuando intentas ayudar a los demás aunque no quieran ser ayudados



Esa necesidad que tienen algunos de ayudar siempre o incluso de estar al servicio de los demás a todas horas podría ser algo loable, pero lo cierto es que no siempre es así pues, aunque pueda parecer extraño, algunas personas no solo no desean esa ayuda sino que además les puede resultar algo invasivo o molesto. ¿Aceptaría entonces esa persona servicial el rechazo o la negativa de otras personas a ser ayudado o insistiría en ayudar? ¿Lo llegaría a ver incluso como un acto desagradecido o infravalorado? El complejo de salvador o ‘síndrome del caballero blanco’ es el que sufren precisamente esas personas que tienen tendencia a asumir el papel de rescatador o protector en las relaciones interpersonales y que lo hacen, según apunta María Padilla, psicóloga y fundadora de Capital Psicólogos , motivadas por la necesidad de sentirse valoradas o de sentirse importantes. De hecho la experta asegura que no conciben otra manera de relacionarse con los demás. E‌ste tipo de complejo suele darse, según revela Padilla, en personas que han estado en contextos infantiles con mucha demanda y han vivenciado la necesidad de ser lo último para quitar estrés en el entorno familiar, especialmente a la madre. Otro perfil que responde a este tipo de complejo es el de aquellas personas empíricas que hayan percibido a los padres, especialmente a la madre, como a alguien débil y, de alguna manera, hayan asumido el papel de protector . Aunque también pueden responder a este perfil algunas personas que tuvieran una inteligencia por encima de la de sus padres y se hubieran convertido en una referencia incluso para ellos. Eso implicó, según explica la experta, que este tipo de personas contasen con la capacidad para resolver más circunstancias que sus progenitores y que eso les hiciese otorgarse a sí mismos de por vida ese poder o capacidad. Su autoestima , además, puede ir asociada a la ayuda que preste a los demás. Riesgos de ser siempre así Caer en esta dinámica, no obstante, puede ser perjudicial pues la persona afectada por el complejo del salvador puede experimentar cuadros de ansiedad debido a la exigencia autoinflingida por conseguir el bienestar ajeno o por la presión que puede ejercer la otra persona para satisfacer sus necesidades. Además, puede dar lugar a una baja autoestima asociada al autoabandono que se produce al no atender a las propias necesidades físicas o emocionales . «Son personas que presentan serias dificultades a la hora de establecer límites con su entorno, por lo que son especialmente propensas a desarrollar relaciones tóxicas que favorezcan esta dinámica», manifiesta la psicóloga Paloma Rey. Aunque pueda resultar complicado, salir de ese tol es posible, según apunta Rey, pero requiere de mucho trabajo personal y de un buen acompañamiento psicológico. Así, esta psicóloga aconseja romper con el patrón de comportamiento tan marcado y aceptado socialmente, ya que puede generar un nivel elevado de malestar emocional: «Si una persona está acostumbrada a ‘ser salvada’ puede considerar egoísta que el salvador decida poner límites y deje de responsabilizarse de aspectos que no le corresponden». Sin embargo, esto está muy lejos de la realidad, «ya que los límites y el autocuidado son dos elementos indispensables no solo para tener una buena autoestima sino también para establecer relaciones sanas», concluye. Siempre disponibles ‌En sus relaciones de amistad los individuos con el complejo del salvador tienden a sobreinvertir emocionalmente su tiempo en ayudar a sus amigos, a veces sacrificando sus propias necesidades en el proceso. En este sentido la psicóloga alerta de que este tipo de personas pueden sentirse incómodos con los límites y puede que además tengan a lo largo de su vida dificultades para establecer una relación equilibrada. Algo similar sucede en las relaciones emocionales y de pareja , pues estas personas tienden a buscar activamente a alguien que necesite ser «salvado» o que dependa de ellas emocionalmente. «Esto puede llevar a dinámicas de codependencia, donde uno asume el papel de salvador y el otro de necesitado, en lugar de cultivar una relación basada en la igualdad y el apoyo mutuo», analiza Padilla. Pros y contras del ‘salvador’ El aspecto negativo de la persona que sufre el complejo del salvador radica en la tendencia a sobreponerse a las necesidades propias en beneficio de los demás, lo que puede llevar al agotamiento emocional y a la falta de autonomía. Sin embargo, puede tener un aspecto positivo al brindar apoyo genuino y compasión a quienes lo necesitan, siempre y cuando se establezcan límites saludables y se fomente la independencia. «Considero un don tener síndrome del salvador pues a todo el mundo le gustaría tener a su lado a una persona que les cuidase o protegiese en lugar de tener a su lado a alguien que no se preocupase de nuestras necesidades. Pero ese poder conlleva una responsabilidad: la de saber que se tiene ese poder. Porque si no se sabe siempre esperarás lo mismo de los demás y te decepcionarán o te sentirás como el tonto que siempre lo da todo», argumenta la fundadora de Capital Psicólogos. Otro tipo de situaciones conflictivas que se pueden dar en el plano de la pareja tienen que ver con que aunque a esa persona le guste cuidar también puede llegar un momento en el que eche de menos también que le cuiden si dan con otra persona que sea más egoísta. Al fin y al cabo, según recuerda la psicóloga, los humanos estamos diseñados para ser atendidos. Y también puede suceder esa tendencia a adelantarse a las necesidades del otro llegue a asfixiar al otro pues sentirá que no puede expresar sus inquietudes y deseos pues antes de abrir la boca el otro ya habrá intentado satisfacer lo que él cree que puede satisfacer esas inquietudes y esos deseos. ¿En qué casos es un trastorno? Tal como asegura la psicóloga, el complejo del salvador puede ser un poder maravilloso cuando esa persona se responsabiliza de ello, toma consciencia del bien que posee y aprendes a utilizarlo cuando lo que se hace aporta un beneficio tanto a la persona que da como a la que recibe, manteniendo así un equilibrio. Noticia Relacionada estandar No Cómo saber si eres una personas altamente sensible (PAS) Melissa González ‌Sin embargo, puede convertirse en algo malo cuando esa persona vive en la frustración constante y siente que sólo da y que no encuentra a nadie cerca a su altura. «Cuando quieres cambiarlo pero a pesar de mil esfuerzos no puedes y repites una y otra vez el patrón por encima de tus propias necesidades o bienestar, ese tipo de complejo se vuelve problemático pues impide impide el desarrollo de relaciones equilibradas y saludables, perpetuando la dependencia emocional y la falta de autonomía en los demás», argumenta Padilla. ‌En definitiva, cuando este comportamiento se convierte en un patrón arraigado que afecta negativamente la calidad de vida de la persona y de la de quienes la rodean, es importante abordarlo mediante terapias basadas en la personalidad y el aprendizaje humano para promover una autoestima más sólida y relaciones más saludables.



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Author : (abc)

Publish date : 2024-03-23 08:18:09

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