Ser un Grimaldi ha sido muchas veces cuestión de supervivencia. A todos los niveles. Ahora, cuando se cumplen los 42 años de la muerte de Grace Kelly , toca revisar la historia de la Casa Real de Mónaco, medio siglo trufado de t ragedias, divorcios, escándalos y mucho más . La familia monegasca rara vez ha estado fuera de los titulares con sus enredos amorosos y las disputas tormentosas hasta el punto de llegarse a hablar de « la maldición de los Grimaldi ». ¿Estaban predestinados o simplemente forman un clan abonado a la mala suerte y la infelicidad? Se dice que alguien lanzó un hechizo sobre los ancestros de la familia Grimaldi , que ha gobernado Mónaco durante más de 700 años, por el cual ninguno de sus matrimonios sobreviviría . Cuentan que todo se remonta a 1297, cuando el primer Grimaldi, Francesco el Rencoroso , engañó a los defensores del principado disfrazándose de monje solo para matarlos. Otros mitos sugieren que la maldición fue lanzada sobre la familia por una bruja después de que fuera violada o secuestrada por uno de los Grimaldi en busca de venganza. «Nunca un Grimaldi encontrará la felicidad en el matrimonio», se supone que proclamó a los cuatro vientos. Sea como fuere, la única certeza es que la familia real de Mónaco nunca ha encontrado un respiro desde aquel trágico 14 de septiembre de 1982 , cuando Grace Kelly sufrió un brutal accidente de tráfico que acabó con la vida de una de las monarcas más carismáticas del continente. Y lo que llegó después fue en realidad una serie de catastróficas desdichas y escándalos que todavía dura. La vida amorosa de la Princesa Carolina ha estado plagada de tristeza, desgracia y melancolía . La hija mayor de Grace Kelly y el príncipe Rainiero ha tenido tres matrimonios, uno de los cuales la convirtió en viuda. Primero conoció y se casó con el playboy francés Philippe Junot en 1978, para gran consternación de sus padres. La novia tenía solo 21 años y el novio era 17 años mayor. Se divorció después de apenas dos años tumultuosos. En 1983, un año después de la trágica muerte de su madre, Carolina encontraría de nuevo el amor y se casaría con Stefano Casiraghi , hijo de un empresario italiano. Pero la tragedia golpeó a la princesa cuando Stefano murió a los 30 años en un accidente de carrera de lanchas en la costa de Mónaco en 1990. Era la última competición en la que planeaba participar. La princesa Carolina se casaría por tercera vez en 1999, con el príncipe Ernesto Augusto de Hanover , primo lejano de la reina Isabel. Pocos días después de la muerte de su padre, el príncipe Rainiero, en 2005, se reveló que su marido estaba en coma en el hospital. Se recuperaría, pero se convirtió en una figura algo controvertida y conocida por su carácter tempestuoso. La pareja se separó en 2009. Ella tiene ahora 67 años y no se ha vuelto a casar. La Princesa Estefanía era la única pasajera en el accidente automovilístico que mató a su madre. Resultó gravemente herida y sufrió enormemente después del incidente. Incluso se llegó a sugerir que había estado detrás del volante en el momento del accidente, algo ampliamente desmentido. Desde siempre fue conocida como «la niña salvaje de la familia» y tuvo una serie de aventuras románticas que situaron el príncipe Rainiero al borde de la desesperación: Rob Lowe, Jean-Claude Van Damme o el exportero del Manchester United Fabien Barthez, entre muchos otros. Tuvo dos hijos con su guardaespaldas, Daniel Ducruet , y se divorciaron un año después de casarse cuando el marido de Estefanía fue descubierto «divirtiéndose» con una mujer que había ganado previamente el título de Miss Bélgica Desnuda. Luego, en 1998, Estefanía dio la bienvenida a una hija, Camille, pero la controversia rodeó su nacimiento después de que la princesa no revelara quién era el padre. Y en 2001, se fugó con un entrenador de elefantes junto con sus tres hijos antes de regresar a Mónaco. Dos años después se casó en secreto con el acróbata de circo portugués Adans López Peres , casi 10 años menor que ella. A medida que se acercaba a los 50, el príncipe Alberto parecía destinado a ser el eterno soltero de oro del Gotha europeo. Pero en 2000 conoció a la nadadora olímpica sudafricana Charlène Wittstock , 20 años menor. Su boda de tres días en julio de 2011 costó más de 55 millones de euros. Dicen que ese día vieron llorar a la princesa. Sus gemelos, Gabriella y Jacques, nacieron tres años después y son considerados los herederos oficiales de la familia, a pesar de que Alberto había tenido dos hijos ilegítimos antes de salir con Charlène en otro de los escándalos más notables. No sería el único a cuenta de paternidades disolutas. La cosa no queda en las varias demandas de paternidad y entre múltiples acusaciones hacia la pareja por su vida de lujos y despilfarro, a comienzos de este año salieron a la luz diversas irregularidades contables relatadas con todo lujo de detalles por un exasesor de confianza del propio Alberto de Mónaco. Dicen que tiene una fortuna de más de 1.000 millones de euros y 258 en paraísos fiscales, según una investigación de ‘Le Monde’. Alberto y Charlène han cumplido 13 años de un matrimonio convulso que de momento se resisten a caer bajo «la maldición de los Grimaldi».
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Author : (abc)
Publish date : 2024-09-14 02:30:13
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