El número de turismos con más de 15 años de antigüedad en España va en aumento. Y es que no sólo se aguanta más el vehículo, también se venden más. Por cada turismo nuevo se vendieron dos usados en 2023, es decir, se comercializaron el doble de coches de segunda mano que nuevos, según Ganvam (Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios). Cuando esto pasa, se torna imprescindible vigilar ciertos componentes para una mayor seguridad. «No es lo mismo un coche que anualmente realiza muchos kilómetros que aquel que realiza pocos. Pese a todo, hay determinados elementos de un vehículo que deben ser revisados cada cierto tiempo con independencia del número de kilómetros», indica Xavi Celda , gerente de mercado en reparación de automóviles y taller de Norauto España. Por ejemplo, elementos de seguridad como el cinturón. Con el uso continuado, los cinturones se pueden deshilachar y el sistema de recogida puede deteriorarse. Por supuesto, tanto el cinturón como otros elementos de seguridad como los airbags deben ser sustituidos en caso de sufrir un impacto en el que estos sistemas hayan actuado. También es recomendable revisar los anclajes Isofix en caso de llevar instalado un sistema de retención infantil. Con el paso del tiempo pueden surgir problemas en el sistema de dirección, como puede ser que el volante se vuelva más duro de lo normal, haya más holgura o surjan vibraciones. También una correa de distribución puede alcanzar los 10 años, y, sin embargo, lo recomendable es seguir las especificaciones del fabricante a la hora de su sustitución. Si, por el contrario, el coche tiene cadena, hay que tener en cuenta que con el paso del tiempo pueden surgir holguras. Por ello, es recomendable una revisión, ya que las cadenas están fabricadas para aguantar toda la vida útil del automóvil si se realiza un correcto mantenimiento. De igual modo, elternador. Se encarga de mantener la carga de la batería de arranque del coche. Es importante realizar una revisión o sustitución cuando deja de funcionar correctamente. La vida útil es superior a los 200.000 kilómetros, aunque depende de las condiciones de uso. A lo largo de ese tiempo, es probable que alguno de sus componentes deba ser reemplazado. En general, se suele encender el testigo de la batería en el cuadro de instrumentos con el vehículo en marcha. Esto sugiere un fallo en el sistema de carga. Y el motor de arranque. Se trata de un motor eléctrico cuyo objetivo es poner en marcha el motor del vehículo. Su vida útil puede superar los 200.000 kilómetros, dependiendo del uso. Si el resto de elementos funcionan y el coche no arranca al girar la llave de contacto, puede deberse a que el motor de arranque está defectuoso. Ó la correa de accesorios/servicios. Aunque puede aguantar hasta los 10 años, es necesario cambiarla cuando toque sustituir la correa de distribución. En principio, se suele recomendar entre los 60.000 kms y los 120.000 kms, aunque siempre hay que seguir las indicaciones del fabricante. Por supuesto, se debe cambiar si se observan zonas deshilachadas, grietas o cualquier otra anomalía en los dientes de la goma. Asimismo, los amortiguadores influyen en el comportamiento de los frenos, la dirección y en la estabilidad del vehículo. Se suelen cambiar a partir de los 80.000 kilómetros y antes de los 90.000 kilómetros, según fabricante. Norauto recuerda que se debe hacer el cambio por ejes, es decir, sustituir los dos amortiguadores del eje delantero a la vez o los dos ejes traseros. Con los años se produce desgaste en el disco del embrague. Igualmente, el bombín del embrague puede fallar. Si el coche patina al salir o el embrague tiene mucho recorrido, son señales de que el embrague está desgastado. Se puede comprobar de una forma muy sencilla. En un lugar seguro y apartado del tráfico, se debe calar al poner la marcha más larga del vehículo y soltar el embrague. Si no lo hace, esto quiere decir que el disco del embrague comienza a dar problemas. Los elementos del vehículo pueden comenzar a oxidarse con el paso del tiempo. Esto sucede especialmente en las zonas de playa y afecta principalmente a las zonas metálicas. Si el coche ha estado la mayor parte de su vida en zonas húmedas, hay que revisar las vigas del chasis, el sistema de escape, los pasos de rueda, la suspensión, los puntos de unión… En definitiva, hay que realizar una revisión completa de cualquier elemento que se pueda haber oxidado con el paso del tiempo. Por último, y aunque no suele ser necesario cambiarlos, los inyectores sí es importante limpiarlos regularmente. Con los años se pueden obstruir los orificios o se puede acumular suciedad en el asiento de la tobera. Esto puede provocar también un aumento del consumo. Además, con el uso se suele acumular carbonilla en el interior del motor. Se aconseja una descarbonización.
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Author : (abc)
Publish date : 2024-10-19 08:00:09
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