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Deja toda su herencia a un hospital para que enfermos terminales no mueran en una habitación compartida

Deja toda su herencia a un hospital para que enfermos terminales no mueran en una habitación compartida



Esta es la historia de un amor de 34 años y una triste despedida en un hospital. Gabriel Serra y Sedi Behvarrad acudieron a urgencias por el cansancio y los dolores que él padecía últimamente. Allí la doctora le diagnosticó un cáncer de páncreas con metástasis en el hígado y pulmón. Él ya no volvió a casa. Semanas después, Gabriel falleció en la habitación 475 del hospital Son Llàtzer de Palma con todas las atenciones del «excelente» personal sanitario, pero sin poder despedirse en intimidad, salvo en las últimas 24 horas y ya sedado. «Hasta entonces, compartíamos habitación con otro enfermo, separados por una cortina», lamenta su viuda, que ha decidido donar toda su herencia a la sanidad pública para que los pacientes terminales oncológicos puedan vivir sus últimos momentos solos en una habitación. Su gesto de solidaridad será recordado para siempre en una placa en la habitación 475 de este hospital mallorquín. «Fue lo que sentí cuando supimos que Gabriel tenía cáncer de páncreas», cuenta la viuda a ABC mientras sostiene una de las últimas fotos de su esposo en la cama de Son Llàtzer. «Después de recibir la fatal noticia ya no pudo levantarse del sillón», se repite todavía en shock por el rápido desenlace. «El día 16 de septiembre fuimos a urgencias porque no se encontraba bien y el 10 de octubre a las 2.15 horas dio su último suspiro». El tercer día de su ingreso hablaron y decidieron que ella haría este testamento y que cuando él mejorase y volviera a casa, «haría lo mismo», cuenta Sedi, aportando un testamento reciente donde deja como «heredero universal» de todos sus bienes al Servicio balear de Salud (IB-Salut) por el «buen trato recibido». Ese día preguntó en el hospital y le pusieron en contacto con los servicios jurídicos de Son Llàtzer. Después llamó al notario y cambió sus últimas voluntades. El testamento , al que ha tenido acceso este diario, declara que la herencia de Sedi Behvarrand se destinará al «cuidado y atenciones de los pacientes terminales del Hospital Son Llàtzer de Palma en sus últimos días» para que «dispongan de una habitación individual hasta el momento de su fallecimiento». En Son Llàtzer ya existen habitaciones de últimos días, pero la gerencia del hospital cumplirá la voluntad del matrimonio adaptando la habitación 475 o bien creando un nuevo espacio que permita esa privacidad. Vestida de riguroso luto, Sedi rebusca en las fotos antiguas y recuerda cómo se conocieron en el año 1990 en Gran Canaria. Ella dirigía dos tiendas en un hotel de lujo en Maspalomas -de arte y de ropa de caballero- y Gabriel era un maitre mallorquín que había viajado mucho en los mejores cruceros en Estados Unidos y llegó a la isla para trabajar. «Él empezó a trabajar en Meliá en el Caribe como jefe de food & beverage. Más tarde, durante unas vacaciones en Palma en el año 1989 le propusieron ser director de cocina en el hotel de Maspalomas de Riu y no se lo pensó dos veces», detalla. «Nos conocimos porque él tenía que renovar su vestuario y venía a comprar ropa a la tienda. Al principio yo lo veía normal pero otros compañeros me advirtieron de que Gabriel, en realidad, no necesitaba tanta ropa y sólo venía para verme», cuenta con nostalgia. «Empezamos a hablar y a los tres meses de conocernos y vivir juntos en mi apartamento ya éramos marido y mujer; pasamos la luna de miel en Lanzarote». No tuvieron hijos en común, aunque Gabriel tiene tres hijos que han estado «horas y horas» en el hospital en estos últimos días, destaca ella. En la parroquia de San Magín de Palma, donde Gabriel fue bautizado, se celebró su funeral el 15 de octubre. En el velatorio, moteros de toda España llenaron el tanatorio de coronas de flores, junto con su chaleco y su bandera. «Era un gran aficionado a las motos». Ahora los servicios jurídicos del IB-Salut están tramitando la petición de Sedi Behvarrad y se han comprometido a poner una placa en la habitación en su memoria. «No sé aún qué van a poner. Puede ser que pongan ‘por la solidaridad de su esposa, esta habitación 475 Gabriel Serra será para los enfermos terminales», propone ella. La misma donde su querido esposo dio su último aliento con sus manos entrelazadas.



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Author : (abc)

Publish date : 2024-10-23 17:13:40

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