Una soltera, incómoda con su cita, se planta ante las preguntas subidas de tono de ‘First Dates’: «No quiero responder»

«Me suelo fijar en chicos con más de 38 años. Si se cuida, me puede gustar que tenga hasta 50 años», reseñaba Zoraida (29), una peluquera paraguaya residente en Madrid, al desembarcar en ‘First Dates ‘. Dicho y hecho. Entró, y se quedó prendada de Carlos Sobera, su amor platónico. «Si estuviera soltero, yo me venía por a por él», declaró. Pero dado que el Cupido del restaurante de citas de Cuatro no estaba disponible, Zoraid a centró sus esfuerzos en encontrar «un hombre generoso, que tenga iniciativa», y preferiblemente, calvo. El programa le concedió a Zoraida sus deseos presentándole a Javier (40)un inspector de la ITV cuyo objetivo era emparejarse con una compañera más joven para poder «formar un futuro y lo que venga». Al encontrarse con su cita, quedó claro que para él esa persona podría haber sido ella la elegida. «Menuda mujer potente», espetó tras conocerla, encantado con su sonrisa y su tipazo «descomunales». Sin embargo, no tuvo la suerte de ser correspondido. Pese a que Javier se ajustaba a su prototipo, al menos de primeras, por parte de Zoraida no hubo flechazo. «Me gustan más altos, más fuertes, que se note que hace deporte. No me ha atraído físicamente», admitió ante las cámaras. La situación no mejoró durante la cena, con Javier visiblemente nervioso y Zoraida reparando en que le imponía su cercanía. «Yo creo que le impongo. No paraba de temblar, pobrecito». Por si fuese poco, ‘First Dates’ los invitó mediante el ‘Rasca del amor’ a que charlaran de los ‘talento sensuales’. A Javier, entre y la espada y la pared, se le multiplicaron los nervios y fue incapaz de responder algo con sentido. Ante los balbuceos nada claros de su pretendiente, la peluquera se plantó. «No me gusta ni me atrae», por lo que no quiso responder. Pero el equipo del restaurante no se dio por vencido con ellos. Acabada la cena, los comensales terminaron la velada en la intimidad del reservado, donde Javier i ntentó besar a Zoraida en el cuello. En su lugar, se llevó una gran cobra. Javier intentó darle un beso en el cuello a Zoraida, pero la joven le hizo una monumental cobra al madrileño. «En ese cuarto no había nada que hacer. De mi parte no había atracción», tuvo que insistir ella. «Yo creo que he dado todo de mí para que ella estuviera a gusto», se lamentaba el madrileño, que tras la cobra la invitó a cenar sin darse por vencido. No tuvo éxito. A su intención de seguir conociéndola, Zoraida prefirió sincerarse para no hacerle ilusiones. «Me he sentido muy a gusto, pero no tendría una segunda cita contigo porque no eres mi prototipo».



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Author : (abc)

Publish date : 2024-10-25 20:07:37

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