Lydia Lozano lleva casi cuatro décadas dedicadas al periodismo tanto es así que le ha trocado desempolvar todos los archivos de sus crónicas y reportajes de antaño para poder elaborar sus memorias profesionales en las que relata un periodismo rosa que ha cambiado mucho pero al que se ha adaptado y que le ha dado muchos días de gloria y algún que otro disgusto. ‘La venganza de la llorona’ (Esfera de los Libros) ha salido a la venta esta semana y ya figura entre los diez más vendidos en Amazon. Aunque se lo habían ofrecido muchas veces, siempre se había negado a escribirlo porque le preocupaba mucho el no vender ejemplares. Cuando la factoría ‘Sálvame’ desapareció de la parrilla de Telecinco, Lozano aprovechó que tenía tiempo y se lo planteó como una terapia. «Me vino muy bien y estuve muy entretenida hasta que empecé otra vez en ‘Mañaneros’ (TVE) y en ‘Ni que fuéramos Shh’ (Ten). Fue una terapia, me ahorré pasta en psicólogos y tampoco me acordaba de todo lo que había hecho», explica. Buscando en esos archivos se topó con un montón de facturas del pasado que le han servido para constatar que ha tenido la suerte de vivir las vacas gordas de la profesión. «Dios mío de mi vida, si es que ganaba en un día mucho dinero… Ahora, te pagan mucho menos y lo tienes que aceptar, porque han cambiado los tiempos, la publicidad también ha bajado y todo. Pero me he guardado las facturas porque me da mucho morbo, no sé si hacer un cuadro con ellas (ríe)». Aquellos eran otros tiempos y Lozano ha visto como mucha gente se ha arruinado porque malgastaba el dinero pensando que eso iba a ser para toda la vida. Ella sin embargo «si hacía un reportaje gordo lo celebraba pero lo metía en otra cuenta por si necesitaba tirar de ella. Pero nunca me ha pasado porque gracias a Dios he tenido trabajo siempre y me he sabido adaptar a los tiempos». Y eso que hasta que fichó por ‘A tu lado’ no tenía representante: «Hay mucha gente que dice que un periodista no tiene que tener un mánager. Yo sí lo he tenido y lo tengo es porque me cuesta mucho hablar de dinero y la verdad es que a él le llaman para cosas que yo nunca pensé que me podían ofrecer». Se refiere a José Muro , amigo íntimo y representante suyo y de muchos de los rostros conocidos de este país. También nota que ha cambiado mucho la relación entre los compañeros de profesión, Lozano no es envidiosa por naturaleza, pero reconoce que ahora hay mucha más envidia que antes: «Todo es por una maldita silla. Se ponen verdes y luego se hacen la pelota o se pasan el día criticando a otros. Así no se puede vivir. Si eres feliz y estás satisfecho con lo que tienes, pues no tienes envidia. En este mundo hay mucha gente que ha ganado dinero y que ahora lo necesitan de verdad porque se lo han fundido. Esos son capaces de hacer cualquier cosa con tal de tener una silla. Antes con que fueras un día tenías salvada la nevera, pero cuando te bajan los precios como ahora que son irrisorios, pues hay que pegarse con la compañera o decir lo que tú estás diciendo es mentira, porque yo hablo con el personaje. Y a mí eso me lo han hecho cantidad de veces pero yo sabía que era por estar otro día». En los casi cuarenta años de profesión, hay tres programas que la han marcado; ‘Tómbola’ (Canal 9) que fue su doctorado, ‘A tu lado’ (Telecinco) un master televisivo y ‘Sálvame’ (Telecinco) con el que se coronó cum lauden. Reconoce que aprendió de José María García que los camareros y los porteros de los locales de ocio y más si están de moda son las mejores fuentes para un periodista. «La verdad es que procuro hablar mucho con ellos a ver si puedo sacarles información. Y a algunos les he pedido el teléfono y al contrario», confiesa. No le importa reconocer que ha pagado de su bolsillo a algunas fuentes por una buena información, sobre todo cuando la ha vendido bien y no le han pedido ni un duro. Se considera amiga de muchos famosos, pero porque ha ido forjando la amistad y ha surgido, no porqué la haya forzado: «Lo peor es cuando ese personaje te cuenta en una cena privada que se va a separar y luego lo ves en portada de una revista. Entonces levantas el teléfono para preguntar cómo te ha hecho esto y le dices que hubiera preferido que me lo confiaran porque yo no he sido nada pesetera y he entendido que lo vendiesen, pero me ha dolido más que no me lo dijesen. Otros si me han avisado e incluso me han contado algo a parte porque sabían que yo no les podía pagar como una revista. Pero nunca he cortado una amistad por esto». De muchos escribe en su libro ‘La venganza de la llorona’. Sobre todo, de Camilo Sesto y de Lucía Bosé : «Camilo ha significado mucho en mi vida. Y si he escrito algo de Lucía y de él es porque hay gente que no se creían que realmente yo tenía una amistad con ellos. Y me ha dolido mucho. Me dolió mucho cuando di la noticia de que había muerto Lucía Bosé, incluso nombro a la fuente porque le pedí permiso. Y la gente se quedó con que Paola Dominguín llamó para decir que yo no era amiga de Lucía. Ellas que sabían. Nunca hablaré mal de ellas porque son parte de mi familia política y las quiero mucho pero nunca entendí por qué lo hicieron». Si algo buscaba Lozano con este libro es contar todo aquello que en un plató no ha tenido tiempo de expresar o reivindicar sobre todo el del peor episodio de su vida profesional, el que tiene que ver con la polémica de Ylenia Carrisi : «Yo consideraba que tenía que hablar del tema. Creo que, además, sobre todo ahí explico mucho los sentimientos. No hablo del tema, hablo de cómo lo pasé, como se vivió, como me metí en una dinámica sin yo quererlo y creo que lo tenía que contar y si no lo hacía me parecía un poco estafa». Esta polémica le pasó una factura anímica mayor que la profesional como se puede ver en el libro. Lozano confiesa que sufrió tanto que se le retiró el período para siempre . A ella el físico en televisión nunca le ha importado, aunque señala que sus piernas y sus ojos es lo que más le gusta: «Siempre me ha importado más la imagen, tenía mucha suerte de que me prestaban la ropa y marcas muy buenas y no tenía ningún problema, cosa que ya sé para mucha gente que es un problema cambiar todos los días de ropa y yo creo que habré repetido tres veces en mi vida. Me dicen que Letizia repite de vez en cuando, pero yo sí me lo puedo permitir, no repito». Lydia no es nada maniática, aunque sí muy escrupulosa sobre todo con la comida. Su marido Charly ha sido testigo de muchas de estas vivencias profesionales, juntos han formado un equipo indestructible a todo y a todos. El secreto «nunca he tenido que conciliar con Charly porque desde el primer momento sabía que yo tenía que ser libre para ejercer esta profesión. Para eso hay que ser muy inteligente y fiarse mucho de la otra persona. Da mucho gusto poderte ir con un fotógrafo al otro lado del mundo y que no te esté machacando a mensajes tu marido. Eso da mucha libertad y yo he tenido la misma confianza con él». Reconoce que nunca se le ha despertado el instinto maternal: «Yo sufría porque el que se podía arrepentir era Charly, pero nunca hemos vuelto a hablar del tema». Lozano no tiene redes sociales y sabe que ha perdido mucho dinero pero se conoce y sabe que no hubiera podido contenerse y se hubiera enzarzado en discusiones inútiles. «Y al final te piden más y más. Y me da mucha pereza lo de las fotos, los vídeos…Prefiero pagar el restaurante a tener que contar todos los platos que me estoy comiendo. Pero si soy muy voyeur de las redes, aunque cada vez las paso más rápido. Y me informo mucho en X (antes Twitter) aunque desde que se que el dueño le ha dado 1 millón de euros a Trump para la campaña estoy muy cabreada». No piensa en retirarse mientras la espalda se lo permita y siga disfrutando con lo que hace: «No me veo en el campo con gallinas… (ríe) Como ahora los personajes nuevos no me emocionan cuando ya no sepa quién es quién de los que estamos hablando entonces me jubilaré». Dentro de unas semanas presentará en la mítica discoteca Gabanna de Madrid su libro: «Me lo he pasado tan bien allí y muchas de las exclusivas que di en Tómbola las vi en esa discoteca. Me subía a la palmera que había y por ejemplo me encontré a Davor Šuker , jugador entonces del Real Madrid besándose con Ana Obregón ». Esta feliz porque su dueño Tito Pajares le ha dicho que es su casa aunque está preocupada porque tiene overbooking «la gente se cree que es la fiesta de mi cumpleaños. No puedo invitar a todo Dios, al fin y al cabo es una presentación del libro, solo quiero que estén allí mis amigos».
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Author : (abc)
Publish date : 2024-10-27 03:44:03
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