El fin de semana presentó un contraste en cuanto a las salidas programadas . Las inclemencias meteorológicas del sábado impidieron que se llevaran a cabo las procesiones previstas; sin embargo, el último domingo de octubre, marcado por el cambio de hora y una considerable bajada de temperaturas, sí permitió la celebración de la Virgen de la Sierra, la Virgen del Rosario de la Macarena y Montesión. La jornada comenzó con la salida de la Virgen de la Sierra, una humilde hermandad que realiza una destacada labor en la feligresía de San Roque. La filial de la patrona de Cabra hizo una primera parada en la residencia de las Trinitarias y, al cierre de la procesión, visitó a la corporación de los Negritos. Los sones estuvieron a cargo de la banda del Sol, mientras que José Manuel Palomo lideró a la cuadrilla de costaleros en una mañana que sirvió como preludio de una salida histórica en esta semana, el traslado del Cristo de San Agustín a la Catedral para su participación en la exposición organizada por el Cabildo en el marco del segundo Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular. Siguiendo por la ronda, tras la función principal de instituto de la hermandad de la Macarena en la mañana , desde la basílica, al caer la tarde a una hora temprana, salía por el atrio la Virgen del Rosario, una de las glorias, por no decir la que más, con mayor cortejo y afluencia de fieles de cuantas salen a lo largo de todo el año en Sevilla. Más de 600 cirios acompañaron a la Virgen en una procesión iniciada por la banda de la Centuria Macarena y cerrada por el Carmen de Salteras que no cesó en interpretar, sobre todo, composiciones musicales dedicadas a la corporación de la Madrugada. Dos años han pasado para ver a esta portantosa imagen y paso por las calles del barrio porque el pasado año el tiempo lo impidió. Con la última luz del día y apenas minutos antes del encendido del alumbrado, la Virgen del Rosario salió de la basílica entre multitudes, una constante que se mantuvo a lo largo de toda la procesión. Las aglomeraciones acompañaron su recorrido, especialmente al pasar por la calle Parras, que evocaba el fervor de la mañana del Viernes Santo, pero en plena noche de octubre. Destacó su paso por la muralla, por la plaza del Pumarejo, la calle Parras engalanada y repleta de público, la visita a la parroquia de San Gil o traspasar el arco de la Macarena antes de efectuar la entrada en la basílica. Una procesión necesitada tras una Semana Santa pasada por agua, aunque, en prácticamente un mes, la Macarena estará en la calle para estar presente en el segundo Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular, en la que estarán las mayores devociones de Sevilla y la provincia. Mientras tanto, en San Pedro, la Virgen del Rosario de Montesión regresaba a su capilla tras finalizar los cultos en su honor. El traslado fue directo y rápido, con un cortejo sencillo compuesto únicamente por la cruz alzada, estandarte, presidencia y acólitos. Durante el recorrido, se realizaron paradas en el convento de Santa Ángela de la Cruz, el Espíritu Santo y San Juan de la Palma. Este viernes, 1 de noviembre, volverá a salir pero al alba y bajo palio, para rezar el rosario en uno de los cultos de esta tipología más esperados del año.
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Author : (abc)
Publish date : 2024-10-28 00:26:02
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El tiempo permitió un último domingo de octubre espléndido de salidas
