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El ‘filón’ del culto a la cocina en miniatura

El 'filón' del culto a la cocina en miniatura



Apenas diez días después de que el recinto ferial de Zamora haya apagado los fogones del Concurso Oficial de Pinchos y Tapas de Castilla y León , la Cúpula del Milenio de Valladolid volverá a customizarse para convertirse en una gigantesca cocina en la que más de medio centenar de chefs de todas las comunidades y de parte del mundo deberán demostrar su destreza con la alta gastronomía en miniatura en el marco del veterano Concurso Nacional de Pinchos y Tapas y del más reciente Campeonato Mundial de Tapas. Entre medias, Soria hará de uno de sus recursos de ‘oro’, la micología, un atractivo más en su oferta turística en la XXIII Jornadas Buscasetas-Tierra de Sabor, que incluyen, entre otras iniciativas, menús y tapas con cualquier variedad micológica de las muchas que ofrece el territorio de Castilla y León. Estos tres ejemplos, concentrados en apenas cuatro semanas de octubre y noviembre, dan cuenta de las numerosas citas impulsadas en la Comunidad con estos pequeños bocados como protagonistas. Hace ya un tiempo que la gastronomía se ha convertido en uno de los principales reclamos para atraer visitantes y desestacionalizar la oferta, y la llamada cocina en miniatura no escapa al fenómeno. Además de permitir a restauradores y chefs lucirse en creatividad y originalidad, cuenta con la ventaja de ser más apta para todos los bolsillos. El sector ha encontrado en ella un’filón’ y abundan los concursos internacionales, nacionales, provinciales, comarcales, locales, ‘hiperlocales’… pero teme que una sobresaturación termine por matar a su ‘gallina de los huevos de oro’: «Lo que debemos hacer es definir bien lo que son los concursos. El turismo gastronómico lo que busca es la especialidad del producto de cercanía de esa misma provincia o región. Ese producto se puede desarrollar en el menú de un restaurante, pero también en la cocina en miniatura, que gusta mucho». Quien habla es Jaime Fernández, presidente de la Confederación de Hostelería de Castilla y León, entidad que junto a la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte ha organizado el mencionado Concurso Oficial de Pinchos y Tapas de Castilla y León, que acaba de celebrar su primera edición en Zamora y de cara a las próximas tendrá carácter itinerante por las nueve provincias. Su objetivo, señaló el día de la inauguración el consejero Gonzalo Santonja, es «premiar la creatividad y el talento culinario, así como poner en valor los productos de proximidad de Castilla y León reforzando la identidad gastronómica de la Comunidad y su vinculación con la diversidad de nuestro territorio». El máximo responsable en materia turística en la autonomía destacó el «cada vez mayor reconocimiento» que tiene la oferta gastronómica, situándose entre los principales atractivos para los visitantes. De hecho, según estadísticas que maneja el Gobierno regional, tras el patrimonio monumental, sería la segunda actividad de la que más disfrutan quienes visitan Castilla y León. A la cita zamorana, que se desarrolló los pasados días 30 y 31 de octubre, llegó lo más destacado del talento y las creaciones de los ganadores de los previos concursos provinciales, un total de 27 propuestas -tres por cada provincia- que compitieron por el título de la mejor tapa de la Comunidad, que finalmente se llevó el restaurante vallisoletano Azul Mediterráneo por ‘Lechazus Deliciosus’. El nuevo evento repitió la fórmula del veterano Concurso Nacional de Pinchos y Tapas y hermanó a los establecimientos participantes con distintos bares y restaurantes de la capital del románico, que cedieron sus cocinas para que vecinos y visitantes pudieran degustar las elaboraciones. Este hermanamiento es precisamente una de las iniciativas que más gusta de estos eventos a Isabel González, ‘alma’ junto a Teresa Cordero del bar Puerto Chico de Valladolid, que suma varios premios en concursos de la provincia y que participó en la cita zamorana tras haber obtenido el Pincho de Plata en el último concurso provincial.: «Es un aliciente para que la gente salga a la calle porque tiene una semana para probar otras elaboraciones». Sobre este tipo de concursos, opina que «siempre están bien porque conoces otros productos, otras maneras de hacer y supone un enriquecimiento tanto profesional como personal». González acudió al campeonato autonómico con ‘Vida’, una elaboración que tiene como base una sopa tailandesa sólida con leche de coco, chiles y distintas hierbas aromáticas «en la que mojamos uno de los productos estrella de Valladolid, el pan». Ganadora y finalista también de otras citas de similares características, destaca la visibilidad que da participar en ellas: «El tiempo que mantienes el pincho ganador se nota. Viene mucha gente a probarlo». «Ahora mismo, la gastronomía es uno de los pilares para atraer turismo a España, y en concreto, el concepto pincho-tapa», sostiene Jaime Fernández, convencido del valor añadido de este tipo de jornadas como reclamo.Con sus ya 25 ediciones, el Concurso Provincial de Pinchos de Valladolid, que tradicionalmente se celebra en las primeras semanas de junio, es el que más solera tiene de estas citas culinarias. Desde que se pusiera en marcha, a las puertas del siglo XXI, se han multiplicado los eventos de estas características en las nueve provincias. Algunos sólo duran unos años. Otros se mantienen. De estos últimos destacan, entre otros, el Concurso de Tapas de San Lesmes, que tiene lugar en Burgos a finales de enero; el Concurso Mejor Tapa de León, fechado al comienzo de la primavera en la capital leonesa; o ‘Ávila en Tapas’, en la que más de una veintena de establecimientos de la ciudad amurallada ponen a prueba su buen hacer con estos bocados en miniatura. Los hay también organizados por comarcas como el Certamen de Tapas y Pinchos de Aranda y la Ribera en torno al mes de abril, e ‘hiperlocales’, como los que han tenido lugar este mismo fin de semana en Tordesillas (Valladolid) y Cuéllar (Segovia) coincidiendo con la celebración de Todos los Santos. Tal es el reclamo que siguen surgiendo nuevas competiciones. Es el caso de ‘Tapas por comarcas’, con el respaldo de la Asociación de Hostelería de Valladolid y la Diputación provincial y cuya segunda edición tuvo lugar la pasada semana, o del Campeonato de Tapas y Pinchos de Castilla y León ‘Memorial Erika Sánchez Adán’, un certamen con cinco años de vida impulsado por el Ayuntamiento de Palencia, la Agencia de Desarrollo Local y Gastropalencia. Los hay que optan por especializarse aprovechando los recursos locales, como el Certamen de Tapas de Setas de Navaleno o la Semana de la Tapa Micológica, ambos en la provincia de Soria con los hongos como protagonistas y que tienen lugar en noviembre. Este último, este año entre los días 8 y 17 con el respaldo de la Agrupación Soriana de Hostelería y Turismo. Coincidirá prácticamente en el tiempo con la doble cita que hará de Valladolid, un año más, el epicentro nacional e internacional del arte culinario en miniatura y que en esta ocasión tendrá a Francia como país invitado: el XX Concurso Nacional de Pinchos y Tapas y el VIII Campeonato Mundial de Tapas . En el segundo, se encontrarán 15 restauradores internacionales que competirán con el ganador de la pasada edición del Concurso Nacional. Para el primero, el jurado ha seleccionado, de entre más de 250 propuestas, a 45 chefs de todas las comunidades autónomas que volverán a demostrar el nivel nacional en estas pequeñas creaciones que, tal y como apuntó Santonja hace unos días, no sólo destacan por su variedad y originalidad, «sino que forman parte de un ritual social profundamente arraigado».



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Author : (abc)

Publish date : 2024-11-04 07:32:02

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