Aunque la producción que principalmente se conserva de Luisa Roldán (Sevilla, 1652-Madrid, 1706) es en madera policromada, la considerada como primera escultora española fue hábil tanto en madera como en piedra, metal o cera. Reflejar ese virtuosismo en su manufactura es uno de los objetivos que persigue el Museo Nacional de Escultura con la exposición ‘Luisa Roldán. Escultora Real’, la primera retrospectiva que dedica a una mujer esta institución. Con ella pretende igualmente poner «en el lugar que le corresponde» a la que fuera «una de las mejores artistas del barroco español», sostuvo ayer Miguel Ángel Marcos, conservador del museo vallisoletano y comisario de la exhibición junto a Pablo Amador, investigador del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM (México). A través de 55 obras -32 de ellas producción de ‘La Roldana’, como popularmente se la conocía-, la muestra presenta un recorrido cronológico por la que fuera primera escultora de cámara, con la peculiaridad, además, de que lo fue en periodos tan distintos como los reinados de Carlos II, el último monarca de la dinastía de los Austrias,, y Felipe V, el primero de los Borbones, ambos con unos gustos muy marcados. A este ‘hito’ de «escultora real» hace referencia el título de la exposición, que propone un doble juego, ya que con él también se quiere destacar «la verdadera artista que fue». «Luisa Roldán tuvo una gran capacidad creativa y bebió de todos los conocimientos artísticos del momento», subrayó Marcos durante la inauguración de la exposición, que permanecerá en el Palacio de Villena hasta el 9 de marzo de 2025. «La hemos llamado la artista en mayúsculas», refrendó su compañero Pablo Amador, que ha estado trabajando durante varios años con el conservador del museo vallisoletano para que esta gran retrospectiva pueda ver la luz. De los referentes, así como de los conocimientos que asimiló con ellos, dan cuenta varios de los capítulos de la exhibición, entre ellos el primero tras la introducción, dedicado al taller de su padre, Pedro Roldán. En él también se formaron las hermanas de Luisa, Francisca como policromadora y María Josefa como escultora, y por él pasaron grandes artistas como Valdés Leal y Bartolomé Esteban Murillo: «Fue un momento fundamental para la historia de nuestra plástica porque por primera vez el mundo gremial hace un intento por entrar en ese ámbito académico de aprendizaje», explicó al respecto Pablo Amador. En este espacio se pueden ver tallas como ‘Cabeza ¿de apóstol?’, ‘San Ignacio de Loyola’ o ‘San Roque’, todas de Pedro Roldán, así como un ‘Santo Domingo de la Calzada’ de su hija María Josefa. Sevilla, como punto de partida de su andadura, la llegada del reconocimiento de ‘La Roldana’ a partir de su estancia en Cádiz son las siguientes paradas antes de recalar en su llegada a Madrid. En ellas se pueden contemplar algunas de sus tallas procesionales como un ‘San Juan de Dios’ perteneciente a 1680 o las pertenecientes a la Hermandad de la Exaltación de Sevilla ‘Ángel con corona de espinas’ y ‘Ángel con corona de clavos’. Pero si hay una obra que llama la atención es el espectacular conjunto del ‘Nacimiento y Cabalgata de los Reyes Magos’ , compuesto por 24 figuras realizadas en madera de cedro policromadas. Esta obra, que se exhibe por primera vez tras su restauración desde que ingresó en las colecciones del Museo Nacional de Escultura son otras de las muchas entidades prestadoras, así como varias cofradías sevillanas y colecciones particulares, lo que ha supuesto que algunas de las piezas se vean por primera vez en público, como es el caso de la ‘Virgen cosiendo’. El siguiente capítulo por el que transita el recorrido cronológico hace referencia a la estancia de la artista en Madrid. Sede de la Corte, la capital era la tierra de las oportunidades para los artistas hispanos y foráneos, y donde ‘La Roldana’ buscó que su prestigio creciera. Allí cambió su forma de trabajar, recordó Marcos. Empezó a hacer «alhajas», piezas que representan momentos religiosos pero cuyo destino no van a ser templos sino diferentes estancias de la casa. «Con ellas se adaptó bien a lo que buscaban los Reyes, que era el modelo italiano», explicó el comisario. Son los nuevos aires napolitanos traídos por Luca Giordano, el pintor preferido de la Corte, los que inspirarán sus composiciones. Será ya como escultora de cámara de Felipe V cuando la artista lleva su dominio de la escultura a su máxima expresión, ya sea con imágenes de madera como el doliente ‘Ecce Homo’, o de barro, como el ‘Tránsito de la Magdalena’, obra que se presenta al público tras su reciente adquisición por parte del Ministerio de Cultura. Según resumió el comisario, a través de esta exposición, la de mayor envergadura desde que asumiera el puesto de director del museo Alejandro Nuevo, trata de dar una vuelta de tuerca más a la «meritoria labor» que se hizo en el Real Alcázar de Sevilla en 2007 con la exposición ‘Roldana’, «que fue un punto de entrada fundamental para el conocimiento adecuado y científico de Luisa Roldán». Muestra de ello es también el ‘epílogo’ con el que se cierra la exposición, que lleva por título ‘La mirada cómplice: historia del arte y restauración«. Con él, según detalló Pablo Amador, se pretende hacer un »guiño« al trabajo complementario que tienen ambas áreas y que se ha proyecto expositivo, ya que la intervención en diversas obras de Luisa Roldán ha supuesto un avance significativo en el conocimiento de la materialidad de sus trabajos y las técnicas que utilizaba en la talla, modelado y policromado. Esta exposición se podrá visitar en el Palacio de Villena desde este viernes y hasta el 9 de marzo del 2025, con entrada gratuita, y con un horario de martes a sábado de 10.00 a 19.30 horas y domingos y festivos de 10.00 a 15.00 horas.
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Author : (abc)
Publish date : 2024-11-28 20:36:53
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El Museo de Escultura sitúa La Roldana «en el lugar que merece»
