Hace apenas unos días, el paseo marítimo de Malibú presentaba la evocadora imagen de un atardecer maravilloso que también era la máxima expresión del éxito y el placer. Hoy presenta un paisaje apocalíptico, una zona devorada por las llamas producto de los aterradores incendios que han asolado la ciudad de Los Ángeles . Aquella costa y aquellas mansiones, que fueron símbolo de fama, dinero y poder, hoy solo son la viva imagen de la destrucción . Ubicada a lo largo de la pintoresca Pacific Coast Highway, Malibú siempre se ha asociado a sus soleadas playas, sus mansiones, sus vecinos famosos y la cultura del triunfo . El gran sueño americano elevado a la enésima potencia. Antigua comunidad de pescadores y artesanos, se fue desarrollando hasta convertirse en tierra próspera de celebridades y poder. Aquel paraíso ahora solo es tierra quemada . Ya se contabilizan más de 1.000 estructuras quemadas mientras las aseguradoras contratadas para dar cobertura a casas y mansiones afrontan pérdidas superiores a 10.000 millones de dólares , según una estimación inicial de analistas como JP Morgan. Más del doble de lo pagado tras el terremoto y tsunami ocurrido en Chile en 2010. Y podría ser el triple. Adiós a esa próspera Malibú que comenzó a edificarse a finales de siglo XIX, cuando el terreno quedó en manos de uno de los hombres más ricos de Estados Unidos, Frederick Hastings Rindge. A este y a su esposa, Rhoda May Knight Rindge, todavía hoy se les conoce como « el rey y la reina de Malibú ». Ellos crearían la primera comunidad exclusiva de la colonia. A partir de los años 30 se produciría una afluencia de estrellas de Hollywood y personas adineradas atraídas por las playas privadas y los idílicos y ensoñadores paisajes de Malibú. El sensacional escritor pulp James M. Cain escribiría en ‘Vanity Fair’: «Se diga lo que se diga de Malibú, el lugar donde las reinas del cine se broncean, hay una cosa que hay que reconocer: es probablemente la mejor playa jamás creada por Dios ». En aquellos años se consolidaría como un refugio de lujo, edificándose enormes (y en muchos casos extravagantes) mansiones con sus impresionantes vistas al mar. Dicen que cada propiedad contaba una historia . En su día fue conocida como la Colonia de Cine, pero con el paso del tiempo se democratizaron los orígenes de los propietarios de las mansiones. En los años 60 y 70 llegarían muchos músicos llenos de dinero , desde Bob Dylan a Linda Ronstadt, y en las siguientes décadas todas las artes y negocios se verían representadas en sus costas por vecinos como Jack Nicholson, Barbra Streisand , Steven Spielberg, Brad Pitt, Jennifer Aniston, Pamela Anderson, Jim Carrey, Cindy Crawford, Miley Cyrus, Mel Gibson, Lana del Rey, Leonardo DiCaprio , Emily Blunt, Richard Gere, Paris Hilton, Janet Jackson, Angelina Jolie, Demi Moore, Sting, Jamie Lee Curtis y decenas más. En los últimos años se han llegado a adquirir casas móviles en Malibú por más de 5 millones de dólares . Dicen que el magnate del entretenimiento David Geffen vendió cinco parcelas por 100 millones de dólares. Y en 2013, una pareja rusa pagó 75 millones de dólares en efectivo para comprar una megamansión con una superficie de 7.000 metros cuadrados con ocho dormitorios con aspecto de gigantescos ‘lofts’, 14 baños, dos casas de huéspedes, un gimnasio independiente, varias pistas de tenis y una piscina con kilométricos toboganes. Hasta hace unos pocos días, Malibú seguía siendo un lugar muy peculiar en el que, a pesar de ser una comunidad de libre acceso desde la calle, los turistas eran mal vistos si se dedicaban a curiosear por las puertas de entrada de las mansiones de los famosos. Pero no había ningún problema en saludar a Edward Norton mientras el actor paseaba a sus perros o a acompañar a Tom Hanks y Rita Wilson en su caminata matinal. Tampoco era complicado probarse unos zapatos de 1.000 dólares junto a Charlize Theron en cualquiera de los varios centros comerciales cercanos a la colonia . Todas las empresas de moda, belleza, ocio o restauración que querían ser algo tenían que estar allí, en la tierra donde se rodaron películas tan míticas como ‘Easy Rider’, ‘El Gran Lebowski’ o más recientemente ‘Barbie’. Pero realmente no se han rodado tantos filmes allí porque sale carísimo. La casa típica de Malibú es muy característica : tiene vistas al océano, un jardín privado, están construidas hasta los bordes de los límites del terreno, no hay separación natural entre fincas, poseen amplios garajes para varios coches y piscinas personalizadas con formas curiosas . Y siempre habrá el doble de baños que de habitaciones. No solo es la adquisición, sino el mantenimiento lo que da una idea del nivel de vida e ingresos. « El funcionamiento de una mansión es muy similar al de un hotel », contaba a ‘Insider’ la ejecutiva Jenny Greenwood Huber, propietaria y fundadora de Heritage Estate Management. Puede haber hasta 50 personas trabajando a la vez en una sola propiedad de Malibú, sumando al personal de jardinería, chóferes, mantenimiento, limpieza, cocina, ama de llaves o niñeras en turnos rotatorios. Esta experta estimaba en cerca de 2 millones de dólares el coste anual de mantenimiento de una gran casa de lujo en esta zona privilegiada. Muchos pusieron en duda el futuro de la colonia como un lugar de lujo por el calentamiento global y las tensiones inflacionistas, pero la demanda de estas casas siguió creciendo más y más a los largo de estos años , continuando con la evolución alcista de los precios y la continua revalorización de las propiedades. En otoño de 2022, las autoridades municipales hicieron un referéndum preguntando sobre la implantación de un nuevo impuesto que gravara de forma escalonada la venta de mansiones de lujo para construir alojamientos para los sin techo. Fue la llamada Medida ULA, que entró en vigor en abril de 2023, un impuesto que gravaba con un mínimo del 4% las ventas inmobiliarias residenciales en función del valor de las transacciones. Dicen que esa medida lo único que hizo fue propiciar la circulación de dinero negro . Pero qué ironía: de repente, el incendio ha hecho aumentar la tasa de personas sin techo independientemente de su renta. El lugar en el que antes se respiraba dinero ahora solo huele a ceniza.
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Author : (abc)
Publish date : 2025-01-11 03:45:53
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