Hay poemarios interesantes, reveladores, lúcidos, que mucho aportan sobre el autor, sobre su tiempo, sobre la propia poesía. A veces, un poema o un verso fulgura en ellos como un puñal sagrado, que deslumbra, cegando y propiciando luego una mejor visión. Hay poemarios espléndidos, memorables, pero hay, además, poemarios cruciales, necesarios, decisivos . Al final de ellos se presiente el abismo, lo ignoto, la caída o el vuelo, la sima o la cúspide. ‘Diferencia se llama’ (Celya, 2024), de Jesús Maroto , pertenece, en mi apreciación, a esta segunda clase de poemarios. Cuando Jesús Maroto, con más de 15 libros de poesía acreditados , un poeta que ha surfeado a través de casi todas las olas de la poesía contemporánea ( realismo social, tardopostistas, culturalismo, novísimos , experiencia, realismo mágico), con un impecable estilo y una voz, personal e intransferible, que conjuga economía expresiva y comunicación sin límites, cuando este poeta me dijo sentirse emocionado al ver en los anaqueles de una biblioteca municipal de barrio su poemario, propuesta cultural abierta a todas las personas, de cualesquier edad, condición o rango, comprendí la verdad profunda de su pasión, menester, profesión y oficio (con bastante de don, también) de poeta. Él no hablaba de ventas, de reseñas ni de reconocimientos. Nada más alejado de la vanidad y del comercio que su comentario, mucho más próximo a la sorpresa del niño que contempla los regalos de los Magos que al ego hinchado del poeta laureado, alabado y con cohorte de palmeros. (Pensé, mutatis mutandi, y pasando del verso a la prosa, en aquella vez que vi a una joven leyendo en un vagón del Metro , cuando aún había gente que leía libros en el Metro, mi libro Club Lovecraft ; magia, gratitud, sensación de que un par de años de tu vida, imaginando, soñando, documentando y escribiendo tenían un fin y un sentido.) Hay poetas de ‘reconocido prestigio’, como los juristas, que lo tienen todo, que lo ganan todo, que alcanzan altas distinciones, prebendas y honores. Puede que hayan ganado los premios más distinguidos y mejor dotados, pero rara vez uno de sus versos alcanza el corazón, emociona verdaderamente. Por el contrario, hay muchos versos, varios poemas memorables, dignos de felice recordación , en este libro de Jesús Maroto. A cada hombre o mujer que lo lea tocará su sensibilidad, su corazón y su inteligencia , por algún lado, no siempre coincidente. Pero a todos y a todas hablará, les dirá algo. Como una copla o un decir de Jorge Manrique, como un fragmento de Platero y yo, como una poesía de Antonio Machado, como una rima de Bécquer. Este es el valor de la verdadera poesía: su valor de uso, consuelo, iluminación o guía, sobre su valor de cambio, en un mundo donde hasta lo más íntimo y personal pretende monetarizarse. ‘Diferencia se llama’ se estructura en tres bloques: «Retazos del ayer», «Instantáneas del hoy» y «Reseña del mañana». Parece que el autor subrayara de este modo el aspecto de cierta recapitulación personal y poética que otorga al poemario. La brevedad es un don en la poética marotiana. Un don bien difícil . Las emociones, campo semántico de la acción poética, son expansivas, prestas a digresiones, barroquismos y toda clase de redundancias. Sintetizarlas, sin que pierdan su esencia, en un verso, una estrofa o un poema breve es admirable proeza. Así, un verso: «El hechizo de cada día», abre y da título a uno de los poemas. Y solo una decena de versos explican y desarrollan en qué consiste ese hechizo. Toda una declaración poética: lo onírico, el vuelo, lo inesperado, la belleza, la palabra «que algo nuevo dice». «Helas!», como dicen los franceses, en una sola y genial estrofa el poeta resume su vida y su obra, con bien pocos versos describe su tarea y su misión , sin duda hercúlea: explorar y descubrir emociones y palabras en la terca y prosaica realidad de cada día. Salir a la calle cada mañana en busca de la barra de pan y de la poesía. Y tener la generosidad de expresar los resultados de su aventura y comunicarlos. Mi interés por Roberto Bolaño proviene de Jesús Maroto , que me habló de él y que lo cita en este libro nuevamente, a través de la célebre sala de lecturas infernal propuesta por el chileno trotamundos y giróvago: «En la sala de lecturas / del infierno, con Bolaño / y otros colegas, me paso / las horas muertas.». La poesía de Bolaño es como un minucioso boceto, un plano del tesoro, de su obra magna narrativa, Los detectives salvajes y 2666. Con Fragmentos de esa Universidad desconocida ganó el premio Rafael Morales de poesía de Talavera 1992 ( y con su fascinante Mr. Pain, el Ciudad de Toledo , poco después, como he recordado en un reciente artículo en ABC), dos reconocimientos que activarían su fulgurante despegue. Maroto, a diferencia del padre del infrarrealismo, no necesita transformar en detective al poeta. Cuando detecta, a través de Inmaduros 26 a una nueva promoción literaria en Castilla-La Mancha, la reúne y alienta. Si puede ensayar nuevos formatos, como presentar este mismo poemario junto al de un poeta joven , lo hace. Su forma de vivir es investigar lo que de poético pueda encontrar en la realidad. Su forma de escribir es transformar en poesía momentos, detalles y emociones del transcurrir cotidiano. Su poética es, ya se ha dicho, personalísima, pero se abre a otros y otras poetas y poéticas. Anhela y postula la comunicación. De ahí su alegría al ver en un anaquel de devoluciones de una biblioteca pública un ejemplar de su libro . Frente a Bolaño, el título de esa novela que Maroto ojalá escribiría, pero que no creo que escriba (él es poeta puro y exclusivo, no como Bolaño o tantos otros como el que suscribe), sería: Los poetas salvajes. Salvajismo como pureza: «y acercarse, con la inquietud del niño, / lo más posible a lo imposible». En un poemario recapitulador como el que comentamos, se suelta lastre por la borda pero también se hace recuento de amores, a través del Amor, con mayúsculas, que es el único que derrota al Tiempo. Desde el dedicado a los padres, el ciertamente encantador y conmovedor dedicado a las hijas que han crecido y regresan de sus viajes, al amor que ha sido y al que pueda ser, los poemas se entretejen con meditaciones en torno a la vida y a la poesía, inseparables en nuestro autor. De los tres bloques que conforman el libro, el futuro, Reseña del mañana, solo contiene un poema. La circularidad, piensa uno, bate a la linealidad. Eón triunfa sobre Cronos. Siguiendo el hilo de la interesante portada, que incluye una imagen de Sánchez Beato, Ícaro ya ha efectuado su vuelo . Pero, quién lo duda, volverá a desplegar sus alas y se lanzará otra vez a explorar las fronteras del verso y de la vida. Porque ese es su oficio, su destino y su sentido. Jesús Maroto, Diferencia se llama, Toledo, Editorial Celya (colección Generación del Vértice), 2024. ISBN: 978-84-19933-11-9
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Author : (abc)
Publish date : 2025-01-14 11:28:48
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