María Becerra ha pasado en apenas unos años de ser una niña completamente desconocida con una infancia complicada a revolucionar
Corona abrillantada, centro como recién pulido y 'Bitch, I'm Madonna' casi para despedirse. Más claro, imposible. O tal vez sí. Porque ahí estaba la Ciccone, corpiño azul, botas altas y lo que parecía un velo