La encuesta de ABC, realizada por GAD3 para las elecciones gallegas del 18 de febrero, concede una razonablemente cómoda mayoría absoluta para el candidato del PP, Alfonso Rueda, aunque no con la holgura que hace cuatro años logró el entonces candidato, Alberto Núñez Feijóo. El PP lograría 39 o 40 escaños frente a los 42 de que dispone ahora, con una mayoría absoluta en el Parlamento gallego de 38 escaños. La segunda fuerza volvería a ser el BNG, con un notable incremento de cuatro escaños, de los actuales 19 a 23, y el PSOE sufriría un retroceso también en beneficio del BNG, quedando en 12 o 13 escaños frente a los vigentes 14. Fuera de la Cámara gallega quedarían Sumar, lo que supondría un fracaso personal de Yolanda Díaz y de su apuesta, la que fuera portavoz parlamentaria hasta hace unos días, Marta Lois, y Vox, que esta vez tampoco conseguiría en Galicia la implantación que sí tiene en otros territorios. Más allá del triunfo claro del PP, que vuelve a darse por descontado pese a los riesgos que representa confiarse en demasía, y de los cuales Génova debería haber adquirido ya una cautelosa experiencia, el resultado del PSOE necesariamente ofrece una lectura en clave nacional. Nunca en los últimos tiempos Pedro Sánchez ha ganado unas elecciones excepto las catalanas de 2021, cuando el PSC fue primera fuerza. Desde las gallegas de hace cuatro años, el PSOE no ha ganado unos comicios, e incluso en Madrid llegó a equipararse con Más Madrid. En Galicia, hace ya tiempo que es tercera fuerza política y, además, en retroceso, lo que evidencia el desgaste que está suponiendo a los socialistas el papel de sumisión ante el separatismo catalán, la asunción sin límite de una ley de amnistía y la cesión al chantaje sistemático de sus socios, que está comprometiendo a muchas instituciones, en especial, a la justicia. En el ámbito de la derecha, la encuesta pone de manifiesto la incapacidad de Vox para disponer de un discurso propio electoralmente aceptado por una parte del votante gallego. Desde esta perspectiva, cobran valor real los votos que reciba ese partido, pero no porque sumen para la derecha, sino porque tienen visos elocuentes de convertirse en no útiles para la consecución de escaños. La resta que Vox pueda proporcionar al PP solo beneficiarán al BNG. Según el sondeo, casi cinco de cada diez votantes prefieren un gobierno del PP en solitario; dos de cada diez, una coalición de izquierda liderada por el BNG; y apenas el 10 por ciento, esa misma alianza entre nacionalistas y socialistas pero liderada por el PSOE. De hecho, el 45 por ciento prefieren a Alfonso Rueda como presidente de la Xunta, y a mucha distancia por detrás, con apenas el 25 por ciento, a Ana Pontón, la candidata nacionalista. El aspirante designado por Pedro Sánchez, José Ramón Gómez Besteiro, es solo la preferencia del 9,1 por ciento de los votantes, lo cual es sintomático del progresivo deterioro de la marca PSOE en esa autonomía. Incluso, llama la atención muy notablemente que una mayoría de votantes del Bloque optarían por el presidente de la Xunta, Rueda, antes que por el candidato socialista. El sondeo también demuestra el fracaso de la izquierda a la hora de sobredimensionar artificialmente la crisis de los pélets contaminantes. No sólo siete de cada diez votantes tienen claro que nada tiene que ver este vertido con el del Prestige años atrás, sino que el 82 por ciento son conscientes de que se ha utilizado políticamente por la izquierda. Sin ningún éxito, por lo que se ve.
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Author : (abc)
Publish date : 2024-01-28 22:26:10
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El PP mantiene la mayoría
